Juan Sebastián Elcano
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El "Juan Sebastián de Elcano" es el barco más representativo y conocido de la Armada en España y para aquellos españoles que viven en otros lugares del mundo, visitarlo es siempre un reencuentro, un vínculo con su tierra y con sus paisanos. Y para el país visitado es una embajada bella, joven y amable que viene de una nación amiga. Su silueta es muy conocida por los amantes de los grandes veleros y tiene un gran poder de atracción para el público en los puertos donde atraca.
La Armada se esfuerza en cuidar con esmero a su buque más emblemático y simbólico, al que se le profesa un cariño muy especial, debido sin duda al grato recuerdo que guardan del barco todos los que en él han navegado desde 1928, año en que inició su andadura con los Guardias Marinas que cursaban sus estudios en la Escuela Naval Militar. Para todos ellos el "Elcano" es memoria viva de la institución y, para muchos, nostalgia de juventud.
El barco es, por otro lado, depositario de prácticas seculares, que ayudan a formar y a curtir a las personas: la navegación a vela, el léxico marinero, los buenos momentos en la mar, o los malos, en permanente pelea con un elemento tantas veces hostil, la estrecha convivencia, la incomodidad, la monotonía de las largas travesías, el compañerismo, el conocimiento de diversos países y gentes o el de uno mismo. Todo ello es motivo de orgullo para los que, voluntariamente, año tras año, tienen el privilegio de navegar en él.
El proyecto del “Elcano” comenzó a tomar forma en 1923, cuando el 6 de abril el Ministerio de Marina firma un contrato con D. Horacio Echevarrieta y Maruri para habilitar el motovelero “Minerva” como buque de Guardias Marinas. Al año siguiente, un Real Decreto de 30 de junio autoriza a dicho Ministerio a proceder a la renovación de dicho contrato en el sentido de construir un nuevo buque destinado a tal fin.
El proyecto estaba ya en marcha. Una vez la Armada dió su visto bueno, se dispuso la construcción de un nuevo “Minerva” con arreglo al proyecto del ingeniero inglés Mr. Charles V. Nicholson en los astilleros Echevarrieta y Larrinaga de Cádiz, y se le colocó la quilla el 24 de noviembre de 1925. Presenciaron el acto el Infante D. Carlos, el General Primo de Rivera, el Capitán General de Cádiz D. Pedro Mercader y otras autoridades. En el transcurso del mismo Don Horacio Echevarrieta expresó al General Miguel Primo de Rivera su deseo de que el barco llevase el nombre de “Juan Sebastián de Elcano”. Éste prometió solicitar dicha petición al Rey Alfonso XIII, prosperando finalmente su propuesta.
Con ese nombre, surgido de una conversación entre el ingeniero constructor y el Presidente del Gobierno, se procedió a la botadura del barco el 5 de marzo de 1927, siendo Madrina Carmen Primo de Rivera, hija del General. Cuatro siglos después de su muerte en 1526, el marino de Guetaria obtenía uno de sus más hermosos homenajes, tras haber realizado la gesta de dar la primera vuelta al mundo entre los años 1519 y 1522.
Una vez botado, el 19 de abril de 1928 sale a la mar para llevar a cabo lo que sería su primer crucero de instrucción, que desde entonces realizará casi sin interrupción cada año. En los años 1937, 1938 y 1939 no se pudo realizar el viaje como consecuencia de la guerra civil española. Asimismo en el año 1956 y posteriormente en 1978 el buque fue objeto de grandes obras de modernización en el Arsenal de La Carraca y no pudo efectuar navegaciones con Guardias Marinas. Por el contrario, en 1933, 1942, 1943 y 1951 el “Elcano” realizó dos cruceros diferentes en cada uno de esos años. De ahí que en la actualidad coincidan prácticamente el número de cruceros realizados y la edad del barco.