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El Pecio de Urbieta fue localizado a finales del mes de julio de 1998. Se trata de los restos de una embarcación de madera construida a tingladillo. Su eslora estimada es de 12 m. y la cronología establecida por radiocarbono la sitúan entre los años 1450 y 1460. Esta embarcación fue recuperada y restaurada, y actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico de Bilbao. El pecio de Urbieta se ha convertido en uno de los referentes de la arquitectura naval de la Europa Atlántica, tanto por su antigüedad, como por su técnica constructiva, el «tingladillo». Según explicó ayer el arqueólogo de la Diputación, Iñaki García Camino, la técnica empleada en su construcción es originaria de Escandinavia y entró por el litoral aquitano. Mediante tablas de roble solapadas, se construyó una pinaza de 12 metros de eslora y 4 de manga, movida con remos y vela. «La embarcación tuvo una larga vida y sufrió varias reparaciones. Al principio debió hacer navegación de cabotaje, y con el paso de los años se dedicó a viajes más cortos. Sabemos que lo último que transportó fue mineral de hierro», confirmó García Camino.